¡¡¡Feliz año tardío a todos!!! Entre que he pasado las vacaciones de Navidad fuera de casa y que a la vuelta me esperaban exámenes finales de cuatrimestre, no he podido dedicar nada de tiempo a este pequeño y friki blog.
La primera serie basada en S.H.I.E.L.D., la omnipresente organización que aparece muchas veces en las publicaciones de la editorial Marvel, me dio la idea de dedicar una review a un juego de uno de sus miembros fundadores : el hombre araña, más conocido como spider-man.
Sega lanzó al mercado en 1991 el primer arcade basado en la franquicia. Y he de decir que, aunque me encantan los beat’em up de la Capcom de los 90, esta máquina tiene calidad por los cuatro costados. Sin quitar mérito a la inmensa popularidad del señor Parker, en esta aventura le acompañan Hawkeye, Namor y la bellísima Blackcat. Frente a ellos un selecto grupo de villanos que nos querrán quitar del mapa : Kingping, Green Goblin, Hobgoblin, Electro, Venom, Sandman, Doctor Octopus... y un poderoso Dr.Doom como enemigo final y alguna pequeña sorpresa más.
El sistema de juego es el típico de siempre. Escoges tu personaje y avanzas por las calles dando mamporros y eliminando enemigos indeseables. Sin embargo, en momentos puntuales de la historia, el planteamiento cambia : pasamos de un beat 'em'up a un puro plataformas, en la línea de clásicos como "Strider". Gráficamente es una delicia, con un estilo de cómic (incluso con los típicos bocadillos de los tebeos) y unos sprites enormes enmarcados en unos fondos coloristas.
La única manera de jugar al arcade es echando mano del M.A.M.E., emulador multimáquina para ordenadores. Aunque debe de ser potente o se podrían notar saltos en el sonido o ralentizaciones a la hora de jugar.