29 de noviembre de 2012

Castlevania III Dracula’s Curse (NES)

Las leyendas y cuentos sobre vampiros siempre me han atraído (exceptuando “Crepúsculo”, por supuesto). Por eso dentro de mis sagas preferidas está “Castlevania”, que cuenta la eterna lucha durante siglos de los descendientes del clan Belmont contra el señor de la noche, el Conde Drácula. “Castlevania III Dracula’s Curse” es la tercera y última parte publicada para la consola de 8 bits de Nintendo, aunque cronológicamente se sitúa 215 años antes de los acontecimientos de “Castlevania” y “Castlevania II Simon’s Quest”.

El protagonista del juego es Trevor Belmont, poseedor actual del látigo sagrado de la familia, que debe recorrer el castillo para acabar con el siniestro vampiro. Pero no se encontrará solo en su cruzada contra el mal. En el camino conocerá a Sypha Belnades (una sacerdotisa con poderes mágicos), Grant DaNasty (un pirata con la habilidad de escalar paredes) y Alucard, el propio hijo de Drácula, que puede lanzar bolas de fuego y convertirse en murciélago para volar.

El cartucho publicado en Europa en 1992 por Konami abandona el sistema de juego de “Castlevania II Simon’s Quest” (un RPG siguiendo la estela del clásico de Nintendo “Metroid”) y presenta una aventura de plataformas similar a la primera parte, aunque sin ser del todo lineal. En determinados momentos se nos ofrece la posibilidad de elegir rutas, que influirán en el desarrollo del juego. Dependiendo del camino que elijamos podremos o no conocer a los otros personajes, que se unirán a nuestro equipo ayudándonos con sus habilidades. La elección de la ruta es muy importante : el camino superior es considerado más sencillo que el inferior, por ejemplo.

Lo bueno en si es que la experiencia de juego es distinta según las decisiones elegidas. Cada personaje tiene unas características propias y combinándolas el juego se vuelve más fácil. Pero lo que más me fastidia de estos primeros “Castlevania” es que no se puede corregir el salto una vez hecho y puede pasar que, si no has calculado correctamente, acabes con tus huesos en el fondo de un abismo. Menos mal que el bueno de Grant sí que puede hacerlo, así que más te vale que lo encuentres y lo integres en tu equipo; te será de gran utilidad. Lo mismo pasa con Alucard, que gracias a sus transformaciones en murciélago, hará que ese tramo lleno de esqueletos, armaduras y zombies sea un paseo. Al acabar algunas zonas te esperarán jefes finales. La mayoría siguen los clichés de las películas de terror de vampiros : Frankestein, momias, dragones... y al final Drácula y su mano derecha, la Muerte.

Los items también son importantes en la aventura, aunque los únicos que pueden manejarlos son Trevor y Sypha. Tu arsenal se compone de espadas, hachas, agua bendita y relojes para el guerrero y poderes variados (fuego, hielo...) para la sacerdotisa. Podrás encontrarlos en los candelabros repartidos por los niveles y necesitarás recolectar corazones para poder usarlos. Además hay escondidos suculentos pollos asados que rellenarán tu barra de energía, almuerzo ideal antes de cualquier enfrentamiento fuerte.

Este capítulo de la saga presenta al personaje más querido y que protagonizará años más tarde el juego mejor valorado por los fans : “Castlevania Symphony Of The Night” para Playstation. Creo que Alucard ha estado presente en la amplia mayoría de juegos de “Castlevania”. Incluso ha aparecido en el experimento fallido titulado “Castlevania Judgment” para Wii, que cambia las plataformas por la lucha tipo “Street Fighter”.

En resumidas cuentas, un juego perfecto para pasar un buen rato : buena jugabilidad (excepto los malditos saltos) y una ocasión ideal para los que no conozcan las peripecias de la familia Belmont y descendientes.

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