Nos
trasladamos a finales de los años 80. Nintendo, sabedora de tener
entre sus manos la consola más importante y famosa de la década,
decide obligar a las compañías que publiquen juegos para su
flamante NES a firmar un contrato de exclusividad. Esto quiere decir
que la 8 bits de la casa nipona tendrá juegos que la competencia
nunca disfrutará. La principal perjudicada es Master System, que es
rápidamente derrotada en casi todo el mundo a excepción de Europa y
Brasil. En estos territorios se impone a la NES, e incluso Nintendo
intenta atraer al público con versiones de los juegos más vendidos
de la consola de Sega como “Fantasy Zone” o “Altered
Beast”. Pero existen también homenajes (por no llamar copias
descaradas) a varios éxitos de la NES en Master System. Un claro
ejemplo es el juego que voy a comentar, “Master Of Darkness”.
En
1986, Konami lanza para la Famicom Disk System (un add-on de la NES
japonesa que permitía grabar datos en disquetes) un juego llamado
“Akumajo Dracula”, reprogramado un año más tarde en
formato cartucho y conocido en el resto del planeta como
“Castlevania”. Se trata del inicio de una saga que dura
hasta nuestros días y cuenta la historia de una familia de
cazavampiros en su cruzada contra Drácula. El éxito fue inmediato y
arrollador, lo que propició dos secuelas más en NES. Pero Sega no
se iba a quedar de brazos cruzados, y ya que no podía pedir a Konami
una versión para su consola (debido a la exclusividad con Nintendo)
se las ingenió para lanzar un título similar y con las mismas
características.
“Master
Of Darkness” apareció en 1992 como respuesta a la saga de los
Belmont. El argumento nos pone en la piel del Dr.Social, cuya misión
es parar los asesinatos cometidos por Drácula atribuidos a Jack el
destripador en Londres. Todo recuerda al clásico de Konami : los
enemigos (zombies, perros, murciélagos), los escenarios (cementerio,
castillo)... Incluso la posibilidad de portar armas secundarias y que
se usan de la misma manera que en “Castlevania”. Eso sí,
aquí no disponemos de agua bendita y en su lugar tenemos bombas o
pistolas. Además, podemos cambiar nuestra arma principal por puñales
o hachas (pero no se pueden lanzar). Son cinco zonas divididas en
tres escenarios y al final de cada zona el temible boss. Nuestro
antagonista vampírico nos espera al completar la última fase.
¿Mi
experiencia de juego? pues es como un “Castlevania” pero
en Master System. Mismos controles, misma sensación de película de
serie B... Los gráficos son deliciosos y coloridos, la atmósfera
respira de la bruma londinense, tenemos unas cut scenes que nos van
explicando la historia y ¡¡podemos corregir el salto una vez
hecho!!. Como parte negativa destacaría la dificultad al subir las
escaleras en los escenarios (a veces lo dejo por imposible, como si
el pad no me respondiera) y los estúpidos murciélagos que andan
revoloteando y que no te dejan en paz. Como curiosidad, decir que
existe también una versión para la portátil Game Gear.
Podría
haber sido el comienzo de una saga alternativa en consolas de Sega.
Sin embargo, Konami lanzó en 1994 el título exclusivo “Castlevania
Bloodiness” para Megadrive. Pero eso es otra historia que
contaré más adelante.
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